sábado, 27 de junio de 2015

Entrevista de Mayte Gual a Jerónimo Brignone.






Jerónimo Brignone




Entrevista de Mayte Gual a Jerónimo (Jerry) Brignone

(Este reportaje estuvo durante años en la publicación digital española: http://www.elloroestepario.com/ astrologos_brignone.htm, pero luego la revista cerró y cuando reabrió en un nuevo formato no incluyó las decenas de reportajes a astrólogos que habían realizado anteriormente)
 

Como somos Astrólogos la primera pregunta es acerca de tus datos astrológicos: fecha, hora y lugar de nacimiento.
 
Según mi partida de nacimiento nací el 7 de junio de 1962 a las 8.30 horas (confirmado por mi madre) en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Hace unos veinte años rectificamos con Rubí Leza la hora a exactamente un minuto más tarde, 8.31 horas, y esa Carta sigue funcionando a la perfección. Al nacer, el Ascendente, el Sol y Mercurio estaban en Géminis, estos dos últimos en una conjunción muy exacta dentro de la casa XII, con la Luna haciéndoles un cerrado sextil aplicativo desde Leo.

¿Podrías comentarnos algunos datos tuyos no astrológicos para conocerte mejor? Por ejemplo sobre tu vida familiar o social, tus aficiones aparte de la Astrología u otras dedicaciones.

 
Mi padre fue un marino argentino descendiente de italianos que se doctoró como meteorólogo en Estados Unidos, donde conoció a mi madre, una norteamericana con aficiones literarias que luego dedicó mucho de su tiempo a la beneficencia; algunos de mis hermanos nacieron allí, los siguientes en Argentina. Yo soy el menor de seis. Desde chico tocaba música y pasaba muchas horas leyendo. Cuando de adolescente decidí que quería ocuparme de la dirección escénica de ópera, entré en el mundo del teatro, que me tuvo luego muy activo por muchos años como director, actor y autor. Hace unos quince años tomé un intenso contacto con mis raíces griegas (abuelo materno), y me convertí en un apasionado filoheleno, con una profusa actividad comunitaria al respecto. Esa fue una de las razones que me llevaron a abordar y completar la licenciatura en lingüística en la Universidad de Buenos Aires, en donde desde hace un tiempo dicto clases de griego moderno.



¿Cómo entraste en contacto con la Astrología, cuándo? Háblanos un poco sobre esas circunstancias. 
 
Mi contacto con la Astrología se dio desde muy temprano en el ámbito familiar: como a mi madre le gustaba la Astrología de divulgación, en casa había libros sobre signos solares y de Astrología china mucho antes de su difusión en traducciones castellanas. Por otro lado, además de los frecuentes señalamientos que mi padre nos hacía de las constelaciones del cielo nocturno, dos de mis hermanos mayores tenían inclinaciones hacia la literatura filosófica, ocultismo incluido. La casa estaba además literalmente poblada de fantasmas, y la convivencia con fenómenos paranormales de todo tipo era vivida como algo natural. Mi gusto muy temprano por la literatura macabra y de terror me fue acercando a “lo oculto”, y más precisamente, al Tarot. A la Astrología le temía sus costados deterministas, y recién la contacté como consultante a raíz de una crisis personal antes de cumplir los veintitrés años. Inmediatamente comencé a estudiarla con pasión, y pronto fui a dar con mi ex-profesora de física en la escuela, Rubí Leza, la pareja de Eloy Dumón, quienes en ese momento dirigían el Centro Astrológico de Buenos Aires (CABA). Una vez que comencé mis estudios en ese espacio, ya fue un viaje sin retorno: no pasó mucho tiempo antes de que me convocaran para dictar clases y me dedicara por completo a la consultoría.

¿Qué crees que la Astrología aporta al ser humano?

 
La certeza de la existencia de un sentido trascendente y de que la realidad no es aquello que nos enseñan en la escuela o lo que nos muestran los diarios y la televisión, sino algo infinitamente más mágico y bello, lleno de conexiones sutiles que nos permiten reconocer la presencia de una inteligencia superior en el seno mismo de nuestras vidas. De allí, y como una consecuencia natural, la posibilidad de un mayor autoconocimiento y de una mejor comprensión de las motivaciones y de los aparentes defectos de las personas que nos rodean. También nos prueba nuestra íntima interconexión y las responsabilidades morales que supone, vividas no como una carga sino como un gran juego cósmico. Y, por supuesto, nos brinda algunas aplicaciones utilitarias nada desdeñables, tales como el mejor aprovechamiento de determinados procesos que vemos aproximarse, o poder hacer lo justo en el momento adecuado, siempre en pos de la facilitación de los niveles más elevados de consciencia que entiendo que la Astrología naturalmente propicia.

¿Consideras a alguien sea vivo o de épocas pasadas como tu o tus maestros?

Quizás por la fuerza de Géminis, “el aprendiz”, en el momento de mi nacimiento, o porque en ese momento también estaba Júpiter en la casa IX muy bien dispuesto, considero en varios sentidos a muchísima gente mi maestro, incluido el ámbito astrológico, y vivo agradeciéndole a la vida por ello. Esto hace a la lista realmente muy larga, pero para circunscribirla a los astrólogos argentinos con los que he tenido contacto personal y que más han influido en mi percepción personal, podría mencionar a Rubí Leza, Eloy Dumón, Roberto Martori, Eugenio Carutti y Gerhard Houwing.

Dentro de la Astrología existen diferentes escuelas astrológicas y también diferentes tipos de Astrología, ¿te identificas con alguna en concreto?

 
Como tomé un contacto intensivo con casi cada una de las muchas ramas y enfoques de la Astrología existentes, podría decir que mi mayor identificación es justamente con la pluralidad y el eclecticismo, es decir, el uso deliberado en todo momento de lo mejor de cada una de esas perspectivas al mismo tiempo en forma combinada. Una vez leí una frase de Thomas Mann con la que me sentí muy identificado: “Lo significativo es lo lleno de relaciones”. Por ello transito siempre con toda Carta Natal en forma contemporánea la perspectiva psicológica y humanística, la más específicamente jungiana, los mitos de distintas culturas, las reglas propuestas por Morin, los puntos medios de Ebertin, el zodíaco dracónico, el enfoque hindú como un todo (que tuve la suerte de poder estudiar intensivamente en Estados Unidos y en la India), aquello que mejor entiendo y veo funcionar de lo surgido en las últimas décadas de recuperación del pasado astrológico más remoto, tanto helenístico como medieval, así como las armónicas (sea el enfoque anglosajón o las geniales propuestas de Tito y Miguel), los distintos tipos de configuraciones, modelos planetarios, partes arábigos, criterios ecuatoriales, etc., y muy especialmente el enfoque vivencial y técnicas de Astrodrama, cuyo desarrollo fue una de las tantas cosas en las que me tocó un papel bastante pionero en Argentina.

A la misma pluralidad de técnicas que aplico en contemporáneo a la Carta Natal se le corresponde la de la multiplicidad de técnicas predictivas que veo funcionar tan bien combinadas (sea para orientación psicológica como para la previsión de eventos puntuales) y la Astrología Horaria, con las que convivo cotidianamente. Hace años me ocupé también mucho de la Astrología Mundial, si bien ahora casi no le dedico tiempo, y, en mayor grado todavía, a la investigación estadística rigurosa, de donde pude derivar observaciones muy interesantes que modificaron en gran medida mi mirada, que por supuesto permanece como un sistema siempre abierto. Lo importante en todas estas combinaciones, para evitar una dispersión que confunda en vez de aclarar, es la comprensión profunda de la naturaleza de la especificidad de cada una de los enfoques mencionados y de las reglas internas que en consecuencia se le derivan, tanto desde la tradición como por experiencia personal. Encuentro que este abordaje multidimensional permite que las técnicas y perspectivas se iluminen los unos a los otros, propiciando la aparición de contenidos, vislumbres y certezas que de otro modo no habrían estado presentes.

¿Eres partidario de que la Astrología se estudie en la Universidad?

No solo soy partidario de que la Astrología se estudie en la Universidad, sino que hace años trabajo para ello. Ese fue el otro motivo por el cual inicié mis estudios universitarios y me inserté en el ámbito académico como docente. Siempre he sostenido que los propios astrólogos somos los principales responsables de la imagen distorsionada que la sociedad actual tiene de la mejor Astrología, sea por nuestra propia desidia al respecto como colectivo, como por nuestro silencio cómplice ante colegas oportunistas que aprovechan las motivaciones o mecanismos oscuros de los medios masivos o de la psique individual de sus consultantes o alumnos: hay un gran facilismo que damos por sentado como algo natural. Por supuesto que en un determinado nivel el encuentro con la Astrología tiene todo el derecho a ser “fácil”, e inclusive un sano entretenimiento, pero la búsqueda y la transmisión del conocimiento de la verdad en cualquier área siempre ha implicado históricamente la necesidad de un cierto nivel de esfuerzo y la existencia de instituciones que lo favorezcan del mejor modo posible. Partiendo del lugar común de que la Astrología tiene algo de Ciencia, Arte y Religión, no en vano los miembros de la sociedad que sintieron una particular afinidad y responsabilidad hacia cada una de esas prácticas constituyeron Universidades, Conservatorios e Iglesias. Esto no desmerece a quienes no quieran participar de los mismos: hay algunos místicos, pensadores y artistas geniales que no pasaron por esas instancias, pero la mayoría de hecho sí lo han hecho. Siempre me ha preocupado mucho el tema de cómo atesorar lo mejor de lo que hubo y hay en la Astrología según mi propio entendimiento, así como el de la promoción de su desarrollo, y siento que la responsabilidad social que tenemos hacia el futuro es inmensa, puramente nuestra, y que la interacción con el mundo académico es una de las vías posibles. Yo mismo crecí mucho en todo sentido en ese espacio, y creo que ello me permitió mejores aportes a la Astrología. Por esto aproveché cada oportunidad que tuve de dar conferencias con temática astrológica en ámbitos por el estilo (la representación en Buenos Aires de la Universidad de Bologna, la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural General San Martín de la Municipalidad de Buenos Aires, entre otros), y admiro mucho lo logrado por Jesús Navarro en España, así como cualquier paso que se vaya dando en esa dirección en el resto del mundo.

Paralelamente a una serie de proyectos personales que estoy emprendiendo al respecto, hace dos años comenzó en la Fundación CABA (en donde dicto clases desde 1988 y participo de su dirección desde 1991 como Vicedirector y desde 2000 como Director de Estudios) un Posgrado para los egresados de nuestra carrera formativa, quienes pasaron por muchísimas examinaciones y horas de arduo estudio para lograr su Diploma de Técnico en Astrología. Este Posgrado está orientado a la capacitación en la consulta, y quienes lo completan obtienen un Diploma de Consultor Astrológico, y para ello deben contar con un título terciario o universitario paralelo debidamente acreditado, además de presentar una tesis final de investigación astrológica que cumpla en su forma y contenidos con exigencias académicas bastante ambiciosas. El objetivo es crear una red de colegas creíbles tanto ante sí mismos como ante el ámbito universitario, y hasta ahora está funcionando a las mil maravillas, particularmente con los más jóvenes. Al mismo tiempo estoy muy atento a las otras propuestas académicas que están tomando forma en otros países e intercambiando experiencias y opiniones con sus principales responsables. Hay un largo camino todavía por ser transitado y a veces es cansador, pero por otro lado es terriblemente entusiasmante.

¿De qué realizaciones como astrólogo estás más satisfecho? Por ejemplo puede ser haber escrito artículos, libros u otras publicaciones sobre astrología, haber dado conferencias, asistido a Congresos, apariciones en los medios, u otras realizaciones afines.

 
Además del Posgrado y todo lo logrado hasta ahora en la Fundación CABA, entre las realizaciones recientes que más satisfacciones me han traído, se encuentra el libro de mi autoría editado por Editorial Kier en 2005, “Manual de Técnicas de Síntesis Astrológica: El Camino en el Mapa Natal”, 382 páginas de información muy apretada que, desde diversos puntos de vista, resumen mucho de lo que encontré hasta entonces más útil para abordar la Carta Natal. Una gran cantidad de gente me ha transmitido muy cálidamente lo útil que le fue en su proceso personal, lo que era precisamente el objetivo: más allá de todo lo dicho de las instituciones formativas, siento un gran respeto y afecto por el autodidacta, porque en cierto sentido quizás siempre lo fui y creo que todo buen astrólogo en el fondo lo es.
 



Tapa del texto publicado por Kier en 2005


En un rubro completamente diverso, el año pasado dirigí un largometraje de dos horas y media, “Bomarzo 2007”, un video documental-experimental que consiste en una puesta en imágenes bastante bizarra de una ópera del compositor Alberto Ginastera muy significativa para la historia del arte argentino, puesto que sufrió censura y otras desgracias de parte del gobierno militar de turno. Lo pertinente del caso es que el contenido de la ópera, así como el de la exitosa novela de Manuel Mujica Lainez en la que se basa, es fuerte y explícitamente astrológico: el coprotagonista es un astrólogo, y la interpretación de la Carta Natal (presente en buena parte de la ópera) del protagonista determina en gran medida toda la acción dramática y su destino. Se me ocurrió filmar todo en los escenarios originales (el Parque de los Monstruos y el Castillo de Bomarzo, en Italia) en apenas cuatro días con las autoridades y los habitantes del pueblo haciendo los papeles principales junto a dos actrices argentinas, y todo sin ningún tipo de ensayo previo ni fondos. Luego editamos en seis días y lo presentamos inmediatamente en un acto público a los mismos pobladores. Lo acelerado del proceso le dio una cualidad muy particular, y creo que está muy lograda desde el punto de vista artístico, habiendo provocado hasta ahora un gran impacto: ya se ha presentado en festivales y embajadas con muy buena repercusión, y hay muchas presentaciones programadas para el futuro en festivales, embajadas y universidades de varios países. El fenómeno ha sido a tal punto inusual, que la Universidad Nacional 3 de Febrero realizó un documental sobre la realización del film, y me acaba de contactar un investigador de la Universidad de Salamanca para hacer un trabajo sobre el mismo para presentarlo en un congreso en esa misma Universidad.
   


Programa de radio: “Astrología Hoy”


Otra satisfacción personal fue el año pasado la conducción durante meses junto a otros dos colegas del CABA (el Dr. Franco Rossomando y Silvia Poceiro) de un programa de radio astrológico semanal que significó la materialización de un sueño muy acariciado y una gran alegría para muchos oyentes. De momento está en suspenso por cuestiones puramente técnicas de la emisora, a la que elegimos esperar, pero ya pronto volverá. Se llama “Astrología Hoy: un encuentro con el Cosmos y la Música de las Esferas, el programa de la Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires” (la música de las esferas que pasábamos era griega). Aparte de este programa, participé varias veces en otros como invitado (en una ocasión tuve un agitado intercambio con el titular de la cátedra de Epistemología en un programa de la Universidad de Buenos Aires en Radio Nacional), así como en televisión. Además de un debate reciente sobre “Astrología y Adivinación” con representantes de distintas religiones y un filósofo agnóstico y en donde me tocaba dar la cara por la Astrología, me tocó un papel importante en la organización de un programa de divulgación de trece capítulos de media hora que el canal de cable Infinito filmó en 2003 con la participación de varios astrólogos argentinos, algunos de ellos realmente de entre los profesionales que más admiro. Tuve no solo la suerte de tener un espacio en varios capítulos y de ocuparme de la escritura y locución de la sección final de cada uno con tema “Historia de la Astrología”, sino que fue tal la repercusión, que no deja de presentarse desde entonces: ya van cinco años de emisiones semanales ininterrumpidas.
 



Programa televisivo en el Canal Infinito: “Astrología, El Espejo Celestial”


Además de haber tenido el honor de prologar o presentar libros de colegas que admiro y de haber podido participar varias veces con artículos en distintas publicaciones (“Astrología”, “Medium Coeli”, “Mercurio-3”, “GeA”, “La Revista del Caba”), participé como ponente en congresos nacionales e internacionales de Astrología desde 1990, y siempre he intentado apoyar como fuere los emprendimientos que me parecían llevados adelante adecuadamente. Desde el año pasado me encargo además de la organización de una Jornada Intensiva de diez horas de duración que la Fundación CABA propone como abierta a toda la comunidad astrológica y en la cual varios profesores presentamos ponencias con un eje temático: la del año pasado tuvo como título “La Predicción Astrológica” y este año fue “Nuevas Técnicas de Interpretación de la Carta Natal”. En ambas ocasiones tuvimos más de doscientos asistentes que nos devolvieron una respuesta realmente muy cálida. La experiencia quizás más contundente en este rubro hasta ahora fue la reciente en Denver, Colorado (USA). Me refiero a UAC 2008 (United Astrology Congress), un encuentro de 1.500 astrólogos de 48 países en donde pude, además de participar como disertante invitado, reencontrarme y dialogar con colegas por los que siento una gran admiración y a los que no veía desde mis visitas anteriores de 1992 y 1995, así como haber tenido la experiencia de poder finalmente conversar extensamente con otros autores por los que siento un gran interés y con quienes no había tenido todavía ocasión de tener un encuentro personal. Estos eventos me parecen muy importantes para la constitución de nuestro colectivo mediante el diálogo y el encuentro de personas, instituciones e ideas. Espero tener la fortuna de poder repetir nuevamente una experiencia similar en Madrid el año que viene. 

Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos astrológicos?

Intentar continuar mi desarrollo personal y académico, y sostener con la mayor energía y responsabilidad posibles aquellos emprendimientos compartidos que inicié en distintos momentos. Por supuesto, es una prioridad el crecimiento del CABA y, muy particularmente, de su Posgrado, así como aportar al fortalecimiento de la red astrológica mundial en sus puntos más valiosos. 








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