jueves, 21 de abril de 2016

Los motivos históricos del desprestigio de la Astrología. Por Adela Ferrer.







 

LOS MOTIVOS HISTÓRICOS DEL DESPRESTIGIO DE LA ASTROLOGÍA

ADELA FERRER, ASTRÓLOGA


Lo que sucedió con la Astrología en el Renacimiento es muy interesante e instructivo, porque es bien cierto aquello de que conviene conocer la propia historia para no repetirla.
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Como dice Demetrio Santos, de quien no me cansaré de recomendar su "Introducción a la Historia de la Astrología" (Ed. Visión Libros), la invención de la imprenta sirvió para publicar muchos libros de Astrología; pero el mismo afán del público por el conocimiento trajo consigo una falta de discriminación y de selección adecuada y, tal como hoy ocurre con internet, las redes sociales y la televisión; lo que se imprimía respondía más a la demanda de “la audiencia”, a obtener ventas, que a un proyecto editorial organizado de impresión de obras cuidadas, completas y con criterio. En su descargo hay que comprender que la profesión de editor estaba "en pañales".




Ello no obstante, todos hemos de dar gracias a la imprenta y los astrólogos particularmente hemos de agradecer a aquellos impresores que, gracias a ellos, se salvaron de la pérdida la mayoría de buenos textos que nos han llegado y cuyas diferentes versiones podemos ahora comprobar, comparar y analizar.
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En esos tiempos la astrología creció incontroladamente y surgieron como setas astrólogos que pronosticaban todo tipo de desgracias y tragedias, el fin del mundo y cosas así, que publicaban lunarios y almanaques basados en tablas muy antiguas e inexactas, y profetizaban bobadas de toda índole que contribuyeron al magnífico e inconmensurable desprestigio del que aún goza nuestra disciplina y al que la mayoría de los astrólogos actuales seguimos contribuyendo cuando, en lugar de estudiar, nos dedicamos a propagar cuentos de lunas sangrientas; la verdad es que el morbo sigue "vendiendo".
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La burguesía, las clases intermedias dirigieron su atención a publicaciones relacionadas con los pronósticos escandalosos, con el ocultismo, la magia y la maravilla, por lo que numerosos astrólogos se plegaron a dichas modas para seguir viviendo de su profesión.



Así que la mayoría de los talentos más serios con los que contaba la Astrología, que hasta la fecha estaban a sueldo de Papas y nobles, ante la exigencia y la “obligación” de convertirse en profetas y adivinos, con muy buen criterio, se pasó a la astronomía, es decir a la matemática observación y a los cálculos del movimiento celeste, que siempre es más seguro y menos comprometido calcular unas buenas efemérides y unas buenas tablas para navegar que interpretar a la tremenda, "sin duda ninguna" el día la hora y el minuto en el sucederán las grandes desgracias y leyendo con todo lujo de detalles la complejidad del cielo.





No fue la revolución copernicana, cuyos cálculos de posición planetaria en nada diferían de los que se obtienen mediante el sistema ptolemaico, la que asestó el golpe de gracia a la astrología: La astrología padeció tanto los golpes del éxito y la divulgación, como los que le propinaron los propios astrólogos. 

En fin... si a alguien le suena de algo el panorama de la Astrología en el Renacimiento, es por exceso de imaginación, porque hoy en día estas cosas no pasan, ¿A que no?




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