miércoles, 14 de mayo de 2014

Las sectas. Por Rafael Gil Brand











Los regentes de la triplicidad



Los regentes de la triplicidad o del trígono tienen mucha importancia en la astrología helenística. Se trata de tres planetas que comparten la regencia sobre cada uno de los cuatro trígonos zodiacales, compuestos por tres signos de la misma naturaleza: fogosa, térrea, aérea y acuosa. Es de notar que los griegos solían hablar del primer, segundo, tercer y cuarto trígono, para a lo sumo – y no siempre – añadir la naturaleza que los caracteriza. Sería pues inexacto decir que los planetas asignados tienen regencia sobre el elemento de fuego, tierra, aire o agua.

Para entender las regencias de triplicidad es necesario conocer antes otro concepto fundamental de la astrología antigua: las sectas. Existen dos sectas, el día – secta del Sol – y la noche – secta de la Luna. Cada planeta pertenece a una de estas dos sectas, hablándose entonces de planetas diurnos o nocturnos. Las dos luminarias encabezan estas sectas o partidos.

Los planetas diurnos son el Sol y los dos planetas superiores, Júpiter y Saturno. Curiosamente son los planetas gigantes del sistema que, como sabemos hoy, tienen más parecido con el Sol.

Los planetas nocturnos son la Luna y los dos planetas vecinos a la Tierra, cuya consistencia es precisamente parecida a la Tierra y la Luna. Se trata de Venus y de Marte.

Mercurio podría considerarse planeta nocturno, al pertenecer a la misma familia que los demás planetas interiores del sistema. Sin embargo la tradición asigna Mercurio a ambas sectas, según su posición relativa al Sol: si sale antes del Sol es diurno, y si se pone después del Sol es planeta nocturno.

Los cuatro elementos que describen la naturaleza de los trígonos, son considerados también diurnos y nocturnos: Los elementos Fuego y Aire son masculinos y diurnos, y los elementos Agua y Tierra son femeninos y nocturnos.

Los regentes de una triplicidad son siempre tres planetas que pertenecen a la secta asociada al elemento o naturaleza del trígono en cuestión. De estos tres planetas, uno de ellos es considerado regente diurno del trígono o triplicidad, otro es considerado regente nocturno, y un tercer planeta se denomina regente participante, o común a ambos tiempos. El esquema es el siguiente:


 




Como regente diurno de la triplicidad de Tierra se considera tradicionalmente a Venus. Sin embargo, Doroteo de Sidón en el Carmen astrologicum (citado por Hefesto de Tebas) escribe:

De Tauro, Virgo, Capricornio son soberanos
de día la nacida de la espuma (Venus), de noche la celestial Selene (Luna),
y como tercero les sigue el dios que rige las guerras (Marte),
y en el presente (trígono?) obtuvo también al hijo de Maia (Mercurio)

El último verso es ambiguo, y Pingree en su traducción de la versión árabe del Carmen astrologicum dice “y en Virgo hay también una participación de Mercurio”. En cualquier caso, Doroteo parece jugar con una corregencia de Mercurio en esta triplicidad.

Lo cierto es que tal regencia de Mercurio tiene mucho sentido, y por mi parte tengo la impresión de que funciona bastante bien. La lógica subyacente a los regentes de triplicidad además sugiere una regencia de Mercurio en el trígono de Tierra, en vez de Venus:




 



Observamos que los regentes diurnos de una triplicidad son aquellos planetas que tienen su exaltación en uno de los signos de ese trígono. Al menos esto sería así si tomaramos a Mercurio como regente diurno de la triplicidad térrea. Los regentes nocturnos son siempre los regentes de un domicilio en ese trígono. La única excepción es la Luna en la triplicidad de Tierra, pero es de notar que este es el único trígono en el que se exaltan tres planetas de la secta correspondiente (incluyendo a Mercurio). En los otros trígonos no se da el caso.

El regente participante, por fin, es meramente el miembro sobrante de la secta, independientemente de su familiaridad con los signos de la triplicidad (o del signo que queda). Se obtiene así el cuadro adjunto.

Pero veamos para qué sirven los regentes de triplicidad.


Una de las funciones específicas de los regentes de la triplicidad es determinar la fortuna, calidad de vida y el grado de encumbramiento del nativo. Para ello, se averiguará cual es la luminaria correspondiente a la secta vigente – día o noche – y se examinará como están situados los regentes de la triplicidad en que se encuentra tal luminaria, “si están en ese momento en un ángulo, o en (casa) sucedente o cadente, en orto u ocaso (helíaco) o en su propio signo, y si son aspectados por benéficos o maléficos” (Vettius Valens, Antología II.2). Como se deduce de Valens y de Doroteo, sobre todo, se le daba particular importancia a la posición en casas angulares, sucedentes o cadentes.
En la tradición astrológica hay discrepancia sobre la cuestión de si se han de considerar siempre los tres regentes, dando preeminencia al primero, o si bien solo ha de considerarse al regente que corresponde a la secta vigente, secundado por el participante. Los textos griegos no carecen de cierta ambigüedad, pero en definitiva el esquema parece ser el siguiente: El regente que corresponde a la secta vigente es el principal, e indicará la pauta preponderante en la vida de nativo. Le seguirá en importancia el regente de la secta contraria, o segundo regente, y no el participante. 


 
 http://www.astrologia-tradicional.net/la-funcion-de-las-dignidades-en-la-astrologia-helenistica/








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