jueves, 23 de enero de 2020

Libros del Saber de Astronomía.










El manuscrito Libros del saber de astronomía está compuesto por 16 tratados sobre la ciencia de los cuerpos celestes y los instrumentos para su estudio. La obra contiene traducciones del arameo y del árabe realizadas por Jehudá ha-Cohen (que también aparece como Jehuda ben Moses Cohen o Judah ben Moses Cohen), por Rabiçag de Toledo (que también aparece como Rabí Ishâq ben Sid e Isaac ben Sid) y por muchos otros traductores de origen judío, cristiano y musulmán, siempre con la intervención directa del rey Alfonso X de Castilla y León (1221-1284, llamado Alfonso el Sabio), para lograr el lenguaje castellano más correcto. Entre los traductores, de la escuela de Toledo, había judíos, cristianos y musulmanes. La obra se divide en tres grandes áreas temáticas: astronomía —en el Tratado I, que describe las esferas celestes y los signos zodiacales, constelación por constelación—, uso y construcción de diversos instrumentos para la observación astronómica —en los Tratados II al X, así como en el Tratado XIV— y aparatos para medir el tiempo —descritos en los Tratados XI al XV—. Las indicaciones del códice sugieren que Toledo, Burgos y Sevilla podrían haber sido los lugares donde se escribió la obra, aunque la mayoría de los eruditos señalan que, en esos años (entre 1276 y 1279), el escritorio alfonsí se encontraba en Sevilla. El códice posee las características propias de los libros ejecutados en el escritorio alfonsí. Consta de 201 folios escritos sobre pergamino recio pero muy bien preparado, como corresponde a un códice de un escritorio real. El texto fue copiado por una misma persona, en una escritura gótica textual muy regular y cuidada, con tinta marrón en el texto y roja en los epígrafes de los capítulos. Para señalar el comienzo de cada párrafo, se usaron calderones en rojo; las mayúsculas están decoradas con toques del mismo color. En todas las páginas, el texto aparece estructurado en dos columnas, haya ilustraciones o no. Las ilustraciones del manuscrito, realizadas con gran refinamiento y pericia, incluyen las iniciales en el comienzo de los libros o capítulos, las orlas que señalan el margen de las columnas en algunas partes del códice, el final de algunos párrafos, varios cuadros ilustrativos y las imágenes que ilustran al propio texto. En particular, se destacan las iniciales y las orlas, de dibujo caligráfico de filigrana en tinta roja y azul, que son representativas de la influencia gótica y mudéjar en la decoración. No obstante, la decoración más representativa es la que ilustra el texto con clara intención didáctica: se trata de 162 figuras, algunas de las cuales ocupan la página entera. El códice, procedente de la biblioteca de la reina Isabel la Católica y posteriormente vendido al cardenal Francisco Jiménez de Cisneros por el rey Fernando II de Aragón, formó parte del lote fundacional de la Biblioteca de la Universidad Complutense. Existen nueve copias de la obra, todas posteriores, que suplen las diferentes roturas o pérdidas del manuscrito original. 


 https://dl.wdl.org/15401/service/15401.pdf


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